Mi cita

"La Educación que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón" H.G.Hendriks
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miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi niño no me come

No sé muy bien de dónde surge la obsesión de las mamás por la comida... igual es algo inherente a ser madre, como dejar de dormir como una marmota antes de serlo, para despertarse con el frufrú de las sábanas del peque que se ha movido un poquito, una vez que ya lo eres... nos pasamos el día diciendo que cada niño es un mundo, que todos son diferentes... pues eso también hay que aplicarlo a la comida, porque sí, por más que existan cantidades orientativas de diversa índole, cada niño come también de forma diferente.
Sin embargo, hay algo que hace a las madres iguales, que están siempre preocupadas por sus hijos, por diversas cuestiones, por si lo están haciendo bien, y muchas veces el centro de la preocupación es la hora de la comida...
Gracias a una madre preocupada porque su pequeño comía poco, y estoy hablando de "le puse un plato de macarrones y tres croquetas, pero no se lo acabó todo, aunque luego conseguí que se tomase el vaso hasta arriba de Pediasure..." (y este niño no tiene 5 años, sino 2) conseguí recordar que yo también pasé por esa época de inquietud: con un peque nacido antes de tiempo y bajo de peso, el primer año fue un infierno para conseguir que ganase los gramos necesarios... y luego, cuando ya todo iba bien, a mí se me quedó la obsesión por la comida, una tortura cada día porque no se acababa lo que le ponía en el plato; pero alguien me compró el libro que os propongo a continuación y mi vida cambió; y casualmente mi hijo comenzó a comer fenomenal! Así fue como conseguí, a base de reírme de mí misma, pero de reírme hasta llorar, con las situaciones y experiencias que recopila el libro, porque algo parecido había pasado en mi interior, en mi experiencia; Así, decidí intentar no obligar a mis hijos a comer... y ¡resultó!



"Su caso no es único
Tras explicar que su hijo no les come, muchas madres añaden algo así como: «Ya sé 
que hay muchas madres pesadas que dicen que su hijo no come; pero es que el mío, 
doctor, de verdad no come nada, tendría usted que verlo...».
Se equivocan doblemente. Se equivocan, en primer lugar, al pensar que su hijo es el 
único que no come. Su hijo ni siquiera es el que menos come. Seguro, amable lectora, 
que hay otro niño en España que come menos que el suyo. (¿Que cómo estoy tan 
seguro? Es una simple cuestión de probabilidades. Hay en España, por definición, uno y 
sólo un niño que es «el que menos come de todos». Es posible que su madre ni siquiera 
compre este libro; y, en el peor de los casos, sólo tengo una posibilidad entre millones 
de no acertar.)
Pero se equivocan, sobre todo, al pensar que otras madres son «pesadas». Ninguna lo es. 
Realmente, esos niños comen poco (porque necesitan poco, como explicaremos más 
adelante), y realmente, esas madres están profunda y legítimamente preocupadas.
Por qué nos duele tanto
Las madres se preocupan, lógicamente, por la salud de su hijo. Pero hay algo más, algo 
que convierte la inapetencia en un problema mucho más angustioso que la tos o los 
mocos. Por una parte, la madre tiende a creer (o le hacen creer) que ella tiene la culpa: 
que no ha preparado adecuadamente la comida, que no ha sabido dársela, que no ha 
educado bien a su hijo..." (Carlos González, Mi niño no me come, 2004)

domingo, 9 de marzo de 2014

Mamás Imperfectas... ¡Sí, por favor!

8 de Marzo, ¡día de la mujer! ¡ahí es nada! y hablando con mi vecina me pregunto... ¿mujer? bueno, sí, técnicamente sí, pero yo soy madre, estudiante, trabajadora y emprendedora! jajaja mujer respecto de lo personal... bufff no sé si tengo tiempo. Al final llego a la misma conclusión, a lo que dejamos de lado cuando vamos introduciendo nuevas metas, retos y responsabilidades en nuestras vidas. Porque eso sí, como mujeres, en todo lo que seamos tenemos que ser buenas. Como estudiante, de notables para arriba, como trabajadora, competente, como esposa, de lo mejorcito, como madre...¡ la mejor! Nos exigimos tanto que no es posible, pero creo que por el simple hecho de exigírnoslo, de intentarlo, ¡ya lo somos!
Todo esto me lleva a una reflexión, que trata sobre la flexibilidad, sobre que no todo tiene que ser perfecto, sobre que no todo es controlable en nuestras vidas, sobre lo importante que es saber ceder (aunque sólo sea un poquito) y a estudiar la posibilidad de que el salón pueda quedarse desordenado por los juguetes de los enanos hasta mañana o a no evitar un numerito en el centro comercial cediendo a un capricho... y a una frase que siempre me ha encantado:



Para reflexionar un poco sobre lo que pensábamos cuando éramos dos, ahora que ya somos cuatro...

Para no sentirnos culpables por no poder hacer 1000 cosas a la vez...

                                                  

miércoles, 12 de febrero de 2014

Manual de instrucciones

Dicen los papás que ojalá sus hijos viniesen con un manual de instrucciones... a ver si éste, para disfrutar de los hijos dentro de lo posible, les sirve de algo ;)



http://www.youtube.com/watch?v=SqxgMPN13oU&desktop_uri=%2Fwatch%3Fv%3DSqxgMPN13oU&app=desktop

lunes, 10 de febrero de 2014

Tu perfecto desorden

No hay nada como llegar a trabajo y que todos te sonrían! Feliz Lunes a los que trabajáis en Infantil.
Además de trabajar con peques, también soy mamá y por supuesto, desde que soy mamá, soy mejor profesional de la Educación Infantil. El otro día me llegó por WhastApp, que es como llegan casi todas las cosas últimamente... un artículo genial que aquí os dejo, para que como mamás y papás podáis dedicar un momento a pensar... ¡lo que los echaríamos de menos en los momentos que los echamos de más!